Hace 13 años escuché hablar por primera vez de Bitcoin.
Me pareció una idea brillante… pero muy lejana.
Difícil de conseguir, casi imposible de usar y solo para programadores.
La semana pasada fui a un evento en nostr:nprofile1qqsp7fxsmxnahv3pkqsx4pn9pqm5739sp4cy5d8gkxelex5tc9qrspsprpmhxue69uhhyetvv9ujumrpwaskcmr9wshxzu30qy2hwumn8ghj7un9d3shjtnwdaehgu3wvfnj7cc9kfp y absolutamente todo se pagó con Bitcoin: desde la entrada hasta la comida.
Lo más lindo fue ver cómo se aprende a usarlo. 🧡
No hay manual, no hay alguien que te imponga una forma.
Se aprende con práctica, con errores, con paciencia, con alguien que te toma de la mano y te responde cada duda sin juzgar.
Es un aprendizaje descentralizado, cotidiano y lleno de humanidad.
Tan potente como la tecnología que lo hace posible.
Hoy uso Bitcoin cotidianamente.
Y este recorrido —que empezó con mucha curiosidad y un poco de miedo— hoy también inspira mi tesis.
Porque cuando hay comunidad, el conocimiento se amplifica. 📚
