He llegado a una casa estupenda. Ya me he hecho compañera inseparable de Beltza con el que juego y hecho largas siestas. Paso el día con él mientras nuestro humano habla cosas raras de criptografía, curvas elípticas, números primos y que hay que apilar sats. Si los sats sirven para comprarme comida todo perfecto.
